Rehabilitación neurológica y adultos mayores a domicilio en Salamanca

El buen ladrón roba bancos… nosotros robamos tropiezos y caídas en los pasillos

No prometemos milagros, pero sí pequeños avances que hacen que tu
padre/madre se mueva mejor… y que tú duermas más tranquilo

Fisioterapia neurológica a domicilio en Salamanca

Cuando ir al baño parece subir el Everest

Lo que más duele no es solo el cuerpo, es perder esas pequeñas batallas del día a día. Que tu padre ya no pueda vestirse solo, que tu madre necesite ayuda para ir al baño, o que comer se convierta en un acto dependiente. Eso pesa… en ellos, porque sienten que ya no son los mismos, y en ti, porque te conviertes en cuidador las 24 horas.

La fisioterapia en casa ataca justo ahí: entrenamos movimientos reales, en su propio entorno. Practicamos levantarse, caminar hasta el baño, sentarse, subir un escalón… Lo básico, lo que marca la diferencia entre ser dependiente total o conservar un poco de autonomía. Y cada vez que recuperan una de esas pequeñas victorias, tú también respiras más tranquilo.

 

Que la rehabilitación no sea un marrón logístico

Seamos claros: pedir favores cansa. Cansa a ti, que tienes que estar organizando quién lleva a tu padre al fisio cada semana. Y cansa a la familia, que siempre tiene que cuadrar horarios para echarte una mano. Al final, parece que la rehabilitación es una gincana logística en lugar de una ayuda.

Con la fisioterapia a domicilio, te quitas ese marrón de encima: yo me planto en vuestro salón y punto. Sin llamadas de última hora, sin hacer malabares con los turnos familiares. Tú respiras, ellos respiran, y tu padre/madre recibe la atención que necesita sin depender de favores.

 

Ni sanitario frustrado, ni superhéroe: eres familia, y ya es mucho

La culpa es la compañera de viaje de muchos cuidadores. ‘¿Estoy haciendo bastante?’, ‘¿Y si le muevo mal?’, ‘¿Y si no le insisto lo suficiente en los ejercicios?’. Al final, acabas con la sensación de que nunca llegas, de que siempre podrías hacer más… y de que lo que haces, lo haces regular.

Pero ojo: no eres fisio, ni enfermero, ni superhéroe. Eres hijo, hija, familiar. Y tu papel debería ser ese, no el de profesional sanitario improvisado. Nosotros ponemos el conocimiento y la práctica, para que tú puedas centrarte en acompañar sin culpa. Con pautas claras, ejercicios adaptados y apoyo constante, esa sensación de ‘no hago lo suficiente’ empieza a desaparecer.

Porque cuidar no debería ser una carga de culpa, sino un acto de amor… con ayuda profesional. 

Tu jefe no tiene que enterarse de cada sesión de fisio

Acompañar en la rehabilitación no debería ser otro lío más en tu agenda. Con el fisio a domicilio, no hace falta pedir la tarde libre en el trabajo ni reorganizar la vida entera para ir a una clínica. Nosotros vamos a casa y tú puedes estar presente sin tener que hacer malabares.

Así ves con tus propios ojos lo que hacemos, aprendes pautas sencillas para ayudar después y, lo mejor, no sacrificas tu rutina de trabajo o casa. Porque cuidar también significa poder seguir con tu vida sin que todo gire en torno a los traslados.

Milagros los hace la lotería, nosotros hacemos fisioterapia

Seguro que ya te han prometido la luna: terapias milagro, aparatos mágicos o ejercicios que parecen sacados de un anuncio de teletienda. Y claro, luego viene la decepción… y la sensación de haber tirado dinero y tiempo.

Aquí no hay humo ni promesas imposibles: no vamos a curar un ictus de la noche a la mañana ni a hacer desaparecer el Parkinson. Lo que sí hacemos es trabajar en lo que de verdad importa en el día a día: que tu padre/madre camine más seguro, se levante con menos ayuda y conserve la máxima autonomía posible. Pequeños logros reales, medibles y sin fuegos artificiales.

Porque la fisioterapia no es magia… es constancia, conocimiento y mucho trabajo en el sitio donde tiene más sentido: su propia casa.

El suelo no debe ser el mayor enemigo de tu padre/madre

El mayor susto no suele estar en la enfermedad… sino en el suelo. Una caída en las escaleras, un tropiezo en el portal o un resbalón en la rampa pueden complicar todo lo demás en un segundo. Y ese miedo lo lleváis en el cuerpo cada vez que vuestro padre/madre se levanta o sale de casa.

Con la fisioterapia a domicilio atacamos justo ahí: entrenamos fuerza, equilibrio y movimientos reales en su propio entorno. Practicamos levantarse, girar, caminar por el pasillo, incluso cómo sortear ese bordillo traicionero de la entrada. El objetivo es simple: menos sustos, menos fracturas y más seguridad.

Porque evitar una caída no solo le salva a él/ella de una lesión… también os salva a vosotros de noches de hospital y de un disgusto enorme.

Preguntas frecuentes

1. ¿Qué patologías aborda la fisioterapia neurológica?

La fisioterapia neurológica está pensada para personas que tienen problemas de movilidad, equilibrio o fuerza porque el sistema nervioso les ha jugado una mala pasada. Hablamos de secuelas de un ictus o de un traumatismo cerebral, de enfermedades como el Parkinson que vuelven cada movimiento más lento y rígido, o de patologías degenerativas como la esclerosis múltiple o la ELA, que poco a poco van apagando la fuerza. También entra en juego cuando hay lesiones de médula o de nervios que dejan sin sensibilidad o con dificultad para caminar, o en casos de ataxias, tumores cerebrales y otros trastornos que afectan al control y la coordinación. En resumen: cualquier problema neurológico que haga que tu padre o tu madre ya no se mueva como antes. Y lo mejor es que todo esto lo trabajamos en casa, en el terreno real: el pasillo, el sofá, el baño… porque entrenar en un gimnasio está bien, pero lo que de verdad importa es no caerse en el salón.

2. ¿Y si la fisioterapia a domicilio es demasiado cara para nosotros?

Lo entendemos, y te somos sinceros: la fisioterapia a domicilio no es la opción más barata. Pero piensa en esto: cada sesión es tiempo de calidad para tu familiar, en su propia casa, sin desplazamientos ni salas de espera, y con un plan hecho a medida. No estás pagando por ‘un masaje’, estás invirtiendo en que camine más seguro, que conserve autonomía y que tú como familiar tengas también un respiro. Y ojo, que a
veces una caída por falta de trabajo previo sale bastante más cara en tiempo, dinero y disgustos que la prevención. Aquí no hablamos de gasto, hablamos de ganar calidad de vida hoy y tranquilidad mañana.

3. “¿Y si el fisio no conecta con mi padre/madre?

“Es una duda muy lógica: la fisioterapia no va solo de ejercicios, va de confianza. Si no hay feeling, no funciona. Por eso siempre empezamos con una valoración tranquila, sin prisas, donde hablamos, vemos cómo se siente tu padre/madre y me adapto a su ritmo. No se trata de imponer nada, sino de acompañar. Y si aún así notas que no encajamos, lo hablamos sin problema: cero dramas. Nuestro objetivo no es ‘colocar sesiones’, es que vuestro familiar se sienta cómodo y que el trabajo tenga sentido.

4.  No disponemos de mucho espacio ni material

Créenos, no hace falta tener un gimnasio en el salón. Trabajamos con camilla portátil y el material justo que llevamos nosotros (bandas, pelotas, conos, etc.). Y lo más importante: aprovechamos lo que ya tenéis en casa —una silla, la cama, el pasillo— porque al final es ahí donde tu padre/madre se mueve cada día. La rehabilitación en domicilio es precisamente eso: entrenar en el entorno real, con lo que se usa de
verdad. No hace falta más.

5. ¿Merece la pena empezar la fisioterapia ahora o es mejor esperar?

 Entiendo la duda, de verdad. Pero en neurología el tiempo juega un papel clave: cuanto antes se trabaja, más se conserva la movilidad y la independencia. No hablamos de hacer un maratón de sesiones desde el día uno, sino de dar el primer paso. A veces con empezar ya se notan pequeños cambios que marcan la diferencia en el día a día: levantarse con menos ayuda, andar con más seguridad, tener más confianza. Si lo dejamos para ‘más adelante’, corremos el riesgo de perder capacidades que luego cuestan mucho más recuperar. Mejor invertir ahora en mantener lo que tiene, que lamentar después lo que se ha perdido.

6. ¿Hay bonos o descuentos?

Sí, claro. Puedes pagar las sesiones sueltas o, si sabes que vais a necesitar un seguimiento más continuado, tenemos bonos que salen más económicos por sesión.

Así podéis organizaros mejor, tener un plan estable y ahorrar un poco. Lo importante es que tengáis flexibilidad: nadie os ata a un número fijo de sesiones si no lo necesitáis.

7. ¿De verdad la fisioterapia a domicilio sirve en casos de ictus, Parkinson o enfermedades degenerativas?

No te vamos a vender humo: yo no vamos a borrar un ictus ni a curar el Parkinson. Peeero… lo que sí podemos hacer es que tu padre/madre se mueva mejor, esté más seguro en casa, tenga menos riesgo de caídas y conserve la máxima autonomía posible. ¿Magia? No. ¿Mejor calidad de vida y menos sustos? Sí. Y eso, créenos, se nota en el día a día. A veces no se trata de dar pasos de gigante, sino de que pueda levantarse del sofá con menos ayuda… y eso ya es un mundo.

Contacto

Email: asanchezma@gmail.com

Tel: +34 659 57 09 58

Whatsapp: +34 659 57 09 58

 

Horarios

LUN-VIE: en horario de mañana y tarde